Los consumidores compran de forma más racional y meditada ahora que hace cinco años: no sólo intentan ahorrar, sino que dan valor a la relación calidad precio y a productos que puedan usar mucho tiempo. Además, están dejando de lado el consumismo y dando importancia a valores como el medio ambiente y la sostenibilidad.
Estos son algunas de las conclusiones que se deducen de “Cómo vender al nuevo consumidor”, un informe especial que publicamos en el número 207 de
Juguetes B2B y en el 59 de
Licencias Actualidad, y que además también aparecerá en el número de noviembre de
Puericultura Market. Los profesionales de los sectores dirigidos a la infancia están notando estos cambios, que podemos resumir en estos doce puntos:
1. No volveremos al consumismo anterior a la crisis:
ya no damos tanto valor a todo lo material.
2.
Meditamos mucho las compras y tenemos en cuenta todo, incluida la necesidad de comprar o no ese producto y si podemos esperar antes de hacerlo.
3.
El precio es una de las principales prioridades. Si podemos ahorrar, ya sea comprando en otra tienda o adquiriendo otro artículo similar, lo haremos.
4. Pero no es el único factor:
la relación calidad precio es fundamental, así como la durabilidad. Y en el juguete, los valores que aporte al niño.
5. Es decir, aunque en total gastemos menos, el gasto medio por compra ha subido, ya que buscamos un producto de calidad. Y aquí es importante
la confianza que transmite la marca (o la licencia).
6. También nos vemos influidos por factores como
la sostenibilidad, la cercanía, y los beneficios que aportan los productos que compramos.
7. Estamos
cada vez más informados, gracias a internet, y sabemos cómo y dónde comparar precios y productos.
8.
Somos multicanal: nos informamos en la tienda y compramos online, o al revés, dependiendo tanto del precio, como de la facilidad y de la comodidad, además de la experiencia de compra.
9.
Cada vez usamos más el móvil: no tenemos problemas, por ejemplo, en comparar precios mientras estamos en la tienda física.
10. No nos fiamos de la publicidad y
preferimos lo que nos expliquen otros consumidores o en el propio punto de venta.
11. Aunque nos interesan la moda y las novedades, le damos cada vez más valor a los
aspectos tradicionales de la infancia, como por ejemplo en el caso de juegos y juguetes.
12. El impacto de la crisis ha sido comparativamente menor en las categorías dirigidas al público infantil: los niños siguen siendo una prioridad y
el presupuesto destinado a ellos es el último que se recorta.